Una gran parte de los lectores de este blog sois directivos de buenas empresas, en una situación más o menos consolidada. Os interesan los temas de estrategia, innovación y personas precisamente porque vuestras responsabilidades diarias implican la dirección o la gestión de equipos de personas y de negocios. Os ha costado llegar hasta allí. Sois gente inquieta, bien formada, a quien le gusta trabajar. Entregáis resultados y estáis pendiente de las cosas que ocurren y van a ocurrir. Lo sé porque tampoco es que haya miles de lectores de este blog y tengo la oportunidad de conocer a unos cuantos. Y lo sé porque si no fuerais de ese perfil, no estaríais leyendo hasta aquí: con la cantidad de «tontás» que hay en internet para perder el tiempo, no lo perderíais en esta.
Pues siendo vos quien sois, te propongo un ejercicio de reflexión para este puente: ¿qué vas a hacer cuando se te acabe el coche de empresa?. ¿Cómo afrontarías un despido?
Las empresas ya no tendrán sitio para tí.
Has invertido mucho tiempo en formarte, en aprender, en gestionar tu red de relaciones, capacidades y competencias que te han permitido llegar a tener responsabilidades directivas o de gestión en la empresa. Seguramente ganas un buen sueldo, un coche de empresa y se puede decir que las necesidades básicas y los vicios los tienes cubiertos. Conoces muy bien las dinámicas de la gran empresa y sabes como aportar valor, desde la gestión política de las relaciones, el conocimiento del mercado, llevar bien a la gente. Hay por delante un largo camino que recorrer: nuevas responsabilidades, mayor capacidad de gestión, más sueldo…
El único problema es que en tu sector las cosas no están yendo del todo bien. Tu empresa va un poco peor que el año pasado, los competidores lo están pasando mal. Hay reestructuraciones por aquí y por allá. A ti eso no te preocupa excesivamente porque sabes manejarte bien en esos casos, y dado el caso en que las cosas vayan mal del todo, siempre puedes llegar a cambiar de sector. Pero, espera, ¿qué sector conoces que no esté en un constante proceso de reestructuración?.
Ninguno. Esa es la realidad. Porque ya no se trata de un tema sectorial o coyuntural debido a la crisis. Es un tema estructural. La realidad es que ya no es necesaria tanta gente en la función directiva de las grandes empresas. El número de grandes empresas cada vez es menor ya que tienden a integrarse para ganar en competitividad, pero el que aumenten en tamaño hace que también aumente la complejidad de gestión interna y ahí estaba la oportunidad hasta hace unos años. Lo que ocurre ahora es que gracias a las nuevas formas de trabajar y a la globalidad de las compañías, éstas tiendan a tener organizaciones más planas, con menos «grasa directiva».
La búsqueda de la agilidad, la capacidad de reacción, la toma rápida de decisiones, la automatización de procesos, la gestión del conocimiento, el cambio constante… todo eso lleva a la consecuencia de que los directivos con una experiencia de 20 años, a los que se ha desarrollado para crecer, ya no tengan sitio y terminen «apelotonados» en estructuras artificiales en las grandes compañías, puestos y departamentos que cada vez aportan menos valor.
Pero desengáñate, tampoco puedes irte, sin más, a una empresa más pequeña. Fundamentalmente porque la forma de trabajar es muy distinta. Se improvisa más, se tienen menos recursos, hay que hacer más y gestionar menos. Obviamente tu puedes aportar muchísimo a esas empresas basándote en tu experiencia pero el choque inicial suele ser muy fuerte. Hasta tal punto que son muy pocas las empresas pequeñas y medianas que absorben directivos de gran empresa. Puede pasar, pero no puedes centrar en ello tus esfuerzos si te ves un día en la calle y sin tu coche de empresa.
¿Has desarrollado tu mapa de innovación personal?
Supongo que no hace falta que siga insistiendo en los porqués. Tú ya los sabes. Por eso me centraré en sugerirte qué puedes hacer.
En primer lugar, yo trabajaría mi propio mapa de innovación personal, que desarrollé a lo largo de tres artículos de este blog (aquí, aquí y aquí) , al objeto de potenciar y seguir desarrollando mis áreas fuertes (innovación operativa), aplicarlas a otros contextos y entornos (innovación de producto) en base a la construcción de una sólida red de contactos y de aprendizajes que te den nuevos estímulos externos. Vamos, poner en valor lo que hoy se llama «marca personal». Una vez reflexionados estos aspectos, podemos buscar las claves para «innovarnos» más disruptivamente: «reinventándonos» (innovación en la gestión) o «emprendiéndonos» (innovación estratégica).
Y es precisamente en esta última parte, más disruptiva, donde creo que está la oportunidad mejor para los profesionales senior con gran experiencia directiva: convertirse en emprendedores senior.
Emprender te va a costar cuatro años.
De hecho son muchos los emprendedores «senior» que se lanzan a esa aventura cuando salen de la gran multinacional. Unas veces movidos por una pasión interna, otras veces porque han encontrado una buena oportunidad en un mercado que conocen bien (identifican bien los «white spaces» de los que habla Mark Johnson), y otras veces simplemente porque no les queda más remedio.
Y lo cierto es que a largo plazo el emprender cuando se es senior no es una mala opción: ganas control sobre tu destino, dependes de tu trabajo, conoces bien un mercado o tienes experiencia de gestión, seguramente encuentres más y mejores oportunidades que en otro tipo de empleo. Seguramente termines montando más un negocio que una startup, pero es igualmente válido. Pero entonces, si es una solución válida, ¿porqué no es tan evidente?. Pues porque vas a necesitar cuatro años para pasar de empleado de gran empresa a emprendedor.
¿Porqué tardarás cuatro años?. Pues porque el proceso de cambio no es sencillo y las incertidumbres muy altas.
En una primera fase, deberás trabajar tu propio cambio personal, y esto, bien te puede llevar un par de años: se trata de identificar qué es lo que sabes hacer bien y cómo aplicarlo, si, pero también tienes que darte cuenta de que tu vida va a estar mucho más condicionada por el riesgo. Debes aprender a hacer muchas cosas que antes dabas por sentado. Debes convivir con la incertidumbre de no saber si tendrás ingresos el mes que viene. Debes construirte tus rutinas personales que te den la energía necesaria para crear tu agenda cada día, ya que no habrá una «organización» que te arrastre en sus rutinas. Debes aprender a vivir con muuuuuucho menos dinero y darte cuenta de lo superfluo de la mayoría de las cosas que acompañan al status de «coche de empresa»… en fin, toda una transformación.
En una segunda fase, estarás desarrollando tu nuevo negocio y, como ya supones, las cosas no salen a la primera. Normalmente, los emprendedores que logran sacar su idea adelante, emplean unos dos años en ponerla en marcha y ajustarla. Por el camino, muchas ideas desechadas, errores, cambios de opinión, etc.
Tres pasos para empezar a entrenar.
Como ves, se trata de una carrera de fondo. De modo que conviene entrenarse. Te propongo un plan de entrenamiento basado en tres puntos:
- Reconstruye tu situación financiera para que puedas vivir con un 40% de lo que ingresas hoy. Al mismo tiempo, guarda ese 60% restante en una bolsa, porque lo vas a necesitar.
- Construye tu red de contactos en el ecosistema emprendedor: acude a eventos, conoce otros emprendedores, colabora como Business Angel de algún proyecto, mantén las antenas bien engrasadas para detectar las diferencias con tu vida actual.
- Fórmate, aprende, busca ayuda. No esperes a verte en la situación de emprender por necesidad. Busca y valida ideas de negocio, aprende las metodologías de emprendimiento más exitosas, aprende los aspectos legales y financieros que son diferentes entre las start-ups y las empresas establecidas.
¿Aún no tienes claro que vas a hacer cuando se te acabe el coche de empresa?. Si has llegado leyendo hasta aquí, estoy seguro de que al menos tendrás un buen material de reflexión para el fin de semana.
Yo te animo a iniciar el viaje. Es apasionante personal y profesionalmente. Además, necesitamos más emprendedores senior y más Business Angels como lo puedes ser tú. Si das el paso, recuerda que en este blog seguiremos hablando de estos temas y te acompañaremos en el camino. Estamos a vuestra disposición.
Y tu, ¿qué opinas?.