Terminamos en esta entrada con el mapa del liderazgo que hemos venido desarrollando en los dos últimos artículos. Un mapa que nos ayuda a desarrollar nuestro enfoque al liderazgo en función del grado de incertidumbre del entorno en el que nos encontremos y del grado de control que queramos aplicar a nuestra actuación. Si en la primera entrada, nos centramos en entornos de baja incertidumbre y desarrollamos los dos estilos de liderazgo más «clásicos» (liderazgo operativo y liderazgo estratégico), y en la segunda entrada nos adentramos en el área de lo desconocido con el desarrollo del liderazgo adaptativo. En esta última entrada de la serie, vamos a seguir por los territorios de lo desconocido.
No renunciar al control.
Como vimos en la entrada anterior, el ejercicio de la adaptabilidad es complicado y requiere del desarrollo de nuevas destrezas. La más importante de ellas, la capacidad de detectar en qué consiste el cambio y cómo puede afectarme. Es un paso no trivial, pero quizá seas de los que no ha quedado del todo satisfecho con el siguiente paso, que tiene que ver con gestionar la adaptación a la nueva situación y conseguir que tu organización lo haga. En esa aproximación cedemos el control del cambio y nos centramos en activar las palancas que hacen que la organización vaya adaptándose.
Sin embargo, tu eres de esas personas que no cede fácilmente el control, y esta propuesta no te encaja. Del mismo modo que en entornos de baja incertidumbre tu decides mantener el control y crear e impulsar nuevas opciones en base a la aplicación del liderazgo estratégico, ¿porqué no hacer algo similar en entornos de alta incertidumbre?.
O bien, no está en tus genes eso del control. Es más, te manejas -como todos- con dificultad en entornos de incertidumbre por mucho que sepas detectarlos, y te da la sensación que eres una víctima de los acontecimientos. Un barco a la deriva en medio de la tempestad. En este caso, necesitas pasar de víctima a protagonista.
Vaya por delante que precisamente la bondad del mapa del liderazgo es que nos permite ir desarrollando las distintas capacidades que vamos a poner en práctica en función de las circunstancias y las necesidades del momento. Y todas son necesarias. Es, por tanto, una historia de evolución y desarrollo que vamos construyendo desde el punto en el que partamos en base a nuestras capacidades innatas. Por tanto, tanto si te gusta tener el control aún con alta incertidumbre, como si no te sientes cómodo intentando controlar un futuro que no puedes predecir, necesitas desarrollar las claves del liderazgo en el cuarto cuadrante, el cuadrante de alta incertidumbre y alto control, el cuadrante del liderazgo emprendedor.
Liderazgo emprendedor: toma el control del presente.
¿Qué podemos aprender de los emprendedores?, ¿Cómo comienzan con éxito los emprendedores un nuevo proyecto?, ¿Cómo exploran el futuro?, ¿Cómo abordan la incertidumbre y los riesgos?.
Si algo vamos aprendiendo de la observación y exploración de los proyectos emprendedores es que la esencia de lo que hacen y cómo se gestionan es diferente a la de las empresas establecidas y a la explotación de modelos de negocio conocidos o de complicadas certidumbres. Este tema lo desarrollamos desde hace tiempo al hilo de las discusiones de Estrategia y Emprendizaje en el blog, y tratamos de aplicar nuevas metodologías que surgen del entorno emprendedor. Del mismo modo, podemos analizar como funcionan los emprendedores que lo son de forma natural. ¿Cómo funciona su manera de pensar?. Todos nos damos cuenta, a poco que conozcamos a algún emprendedor de raza, que funcionan con un sistema operativo distinto del nuestro.
Para la mayoría de nosotros, la aproximación al riesgo y a la incertidumbre surge desde la perspectiva de la pérdida: un status quo que está cambiando y que no sabemos como vamos a gestionar. De ahí que estemos acostumbrados a proyectar nuestras certezas del presente al futuro en búsqueda de los cambios que nos ayuden a minimizar el riesgo. Sin embargo, los emprendedores de raza afrontan el riesgo desde la perspectiva de la construcción. En el futuro no hay nada que no hayamos trabajado en el presente. Por tanto, no me centro en intentar gestionar un futuro que no puedo predecir, sino en gestionar y controlar un presente que puedo construir de modo que no tenga que preocuparme por predecir el futuro.
Es una muy sutil diferencia de aproximar la gestión y por tanto el liderazgo (empezando por el liderazgo de uno mismo). Y, por suerte, en los últimos años hemos conseguido juntar un buen corpus de conocimiento al respecto gracias a los trabajos de Saras Sarasvathy y de los seguidores de su escuela de investigación.
Si trasladamos los principios que nutren la manera de pensar de los emprendedores innatos al desarrollo de las capacidades de ejecutivos y gestores, podemos desarrollar las capacidades y las conductas que nos permitan aprovechar las oportunidades de tomar el control del presente en entornos de alta incertidumbre. Es lo que llamamos Liderazgo Emprendedor.
Los cinco principios del liderazgo emprendedor.
¿Cómo podemos pasar de víctima de los cambios y la incertidumbre a impulsor de nuevas iniciativas, lanzador de innovaciones, intraemprendedor o líder transformacional?. Podemos empezar por aplicar los cinco principios del liderazgo emprendedor:
- Comienza con lo que tienes. Para gestionar tu presente y no tener que predecir el futuro, céntrate en hoy. ¿Qué recursos tienes?, ¿qué sabes hacer?, ¿en qué es buena tu organización?, ¿en que entornos os movéis?, ¿cómo funcionan vuestros procesos?. Date cuenta que es una aproximación muy distinta a la del liderazgo estratégio en la que precisamente estamos intentando crear nuevos medios para llegar a los objetivos. Aquí nos centramos en conocer, primero, y explotar, después, de una forma distinta todos esos activos que tenemos cerca. Aquellos que os sentís más cómodos con el «tocar» y el «hacer» seguro que esta aproximación os resultará más atractiva que la de «imaginar».
- ¿Qué es lo que puedes perder?. Establece tus límites de riesgo. ¿Cuánto estás dispuesto a arriesgar en tiempo y dinero?. Ya lo comentamos en alguna otra ocasión cuando hablábamos de los impulsores y anclas del emprendedor: conviene aproximar el proyecto emprendedor desde el control de las pérdidas. No acudir al casino con las tarjetas de crédito y las llaves del coche en el bolsillo. Si lo que estamos arriesgando es un presupuesto determinado y un determinado tiempo, no se va a acabar el mundo. Eso si, tenemos que ser muy estrictos con la ejecución en base a esos presupuestos y no podemos empezar a dejarnos llevar e improvisar en el camino.
- Construye una red de colaboradores. Nadie avanza solo en entornos de alta incertidumbre. Conecta con los que están cerca y tienen intereses en moverse en distintas direcciones. Ante la posible pérdida que genera la incertidumbre siempre está la posibilidad de la oportunidad de crear algo nuevo. Y si conectamos a dos o tres personas podemos apalancarnos en ellos y crear algo de más valor. En tu organización siempre hay líderes operativos que no quieren hacer nada nuevo pero con quienes podemos conectar para aprovechar sus capacidades, o también hay otros intraemprendedores que enriquecen tus ideas y acciones con las suyas. Desde el punto de vista estratégico, hablamos de coopetition, no de ver al otro como el enemigo.
- Aprende de las contingencias. ¿Y si nos equivocamos y no conseguimos los resultados del plan?. ¿Es un fracaso?. Ante esto yo diría ¿qué plan?, ¿el plan que hemos construido hace un tiempo, cuando teníamos menos información de la realidad?. ¿el plan que proyectamos en un futuro impredecible?. Es un absurdo. Como absurdo sería no aprender de las contingencias y las oportunidades que surgen en ante un posible fracaso o barrera en el camino. Si nos estamos concentrando en gestionar el presente, asegurémonos que desarrollamos mecanismos de aprendizaje que validen o invaliden las hipótesis con las que estamos trabajando. Las otras opciones son intentar reconducir el proyecto al punto en el que una vez imaginamos que debería estar o bien sentarnos y considerarnos una víctima. No se a ti, pero a mi ninguna de ellas me parece atractiva.
- Opera basándote en la confianza. Este es un tema un tanto sutil, pero no por ser el último es el de menor importancia. Quizá al contrario. Confía para poder tener la energía para avanzar. Comienza por confiar en ti mismo y en que podrás disfrutar y gestionar la incertidumbre. Confía en que podrás adaptarte a las circunstancias y llevar a cabo cambios según las circunstancias. Confía en los demás, en tus colaboradores con los que estableces las relaciones. Y se confiable. Cumple tus compromisos. Haz lo que dices que vas a hacer. Y recuerda que para gestionar el presente, hay que vivir el presente y disfrutarlo.
En conclusión: un mapa para el camino.
Los mapas sirven cuando comenzamos un camino. Sirven para ayudarnos cuando estamos perdidos. Sirven para orientarnos. Para facilitarnos las cosas. Para descubrirnos cosas nuevas. Y en el mundo de la gestión empresarial el liderzgo, por suerte no está todo inventado y tenemos muchas cosas por descubrir. Muchas cosas por desarrollar y muchas cosas por aprender. En tu carrera como profesional te vas a encontrar en situaciones que te obliguen a conducirte y liderar de manera distinta. Si utilizas el mapa y detectas el grado de incertidumbre y del control que quieras aplicar a tu gestión habrás ampliado enormemente tus capacidades.
Bienvenido al territorio inexplorado.
Y tu, ¿qué opinas?.