Recientemente, me ha llamado la atención este artículo de Kent Anderson por la sencillez con la que explica un concepto que yo he venido utilizando desde hace bastantes años y al que no había sido capaz de dar un nombre adecuado.
Estamos acostumbrados a leer en la literatura de gestión empresarial acerca de la «planificación estratégica«. A mi ese nombre nunca me ha gustado nada, porque tiende a centrar el tiro en la fase del diseño, el planteamiento, la estructuración o las musas – como usted quiera decirlo -, mientras que la clave del éxito está no tanto en la idea sino en la ejecución – siguiendo con el ejemplo, en el teatro -, y por eso siempre me ha gustado más hablar de «desarrollo estratégico«.
No obstante, cuando doy cursos sobre estrategia, y cuento las metodologías que sigo para desarrollar la estrategia de crecimiento de una empresa (véase algunos artículos al respecto aquí y aquí, siempre termino utilizando la imagen que ilustra este artículo para describir la sensación que debemos tener cuando comenzamos a ejecutar nuestro plan: una incertidumbre grande al principio, pero una visión clara del objetivo a medio plazo.
Esto es lo que Kent Anderson en su artículo llama la diferencia entre «Plan» y «Path». No es lo mismo tener un plan de acción que un camino de acción. Creo que los planes de acción son absolutamente inútiles cuando hablamos de estrategia o de gestión del crecimiento. Kent lo explica muy bien en su artículo, pero lo resumo en un concepto: en estrategia, los planes no sirven porque son autocontenidos y ensimismados. Dejan fuera los cambios en el entorno, las improvisaciones y otras emergencias que son claves en el éxito del desarrollo estratégico.
Por eso el concepto de «camino estratégico» es mucho más válido: sabemos a dónde queremos ir y con que pertrechos prepararnos, pero estamos mucho más atentos al camino en sí que a nuestras acciones. Somos capaces de maniobrar mejor y dejar mayor espacio para la creatividad y la adaptación.
Además, son mucho mas sencillos de ejecutar en la práctica, ya que debemos dedicar muchos menos recursos a su seguimiento y reporte. Quien haya sido responsable de la ejecución de un plan estratégico o de negocio en una gran corporación sabe a lo que me refiero: el infierno que supone el seguimiento del plan y el reporte a la alta dirección. Ese tiempo está mucho mejor empleado en conseguir el alineamiento de todas las personas involucradas en la estrategia.
El camino estratégico es más fácil de comunicar a toda la organización. Engancha más y deja mas espacio para los marcos de contribución individuales. Es esta una pieza clave en el éxito del desarrollo de una estrategia, como apuntaba en un artículo anterior, con lo que podemos trabajar al círculo exterior de influencia en el éxito de la estrategia (la organización). Pero además también nos reporta métricas y alineamiento entre los ejecutivos (el círculo interior). Simplificando y dando tiempo al responsable de estrategia a dedicar todas sus horas a hablar con los ejecutivos, a alinear, y por tanto a resolver el mayor problema del éxito de las estrategias empresariales: los bloqueos de los managers.
Estoy contento de haberme encontrado con ese artículo. Creo que el concepto de «path vs. plan» es un pilar importante del «agile management». El nuevo paradigma que está por venir en la gestión empresarial.
¿Y tu, que opinas?