«Cuando el doctor Shaw, del Museo de Historia Natural de Londres, recibió en 1797 la piel de un ornitorrinco, pensó que se trataba de un fraude. No era posible pensar en la existencia de un animal con piel de topo, cola de castor, patas de rana, espolón de gallo, pico de pato y dientes. Lo que aún no sabía era que además se trataba de un mamífero que pone huevos».
Lamentablemente, aún no hay muchos libros sobre innovación de entre los escritos por autores españoles que merezcan mucha reseña, sin embargo hoy quiero reseñar uno que me ha gustado bastante: La disciplina de la innovación. Rutinas Creativas, por Ángel Arboniés. Y es que por su comienzo, que cito en el párrafo anterior, ya merece la pena. El ejemplo del ornitorrinco explica muy bien el enfoque que quiere trabajar el autor: no existe una verdadera disciplina de la gestión de la innovación, sólo aproximaciones parciales. Quizá convenga enfocarlo de manera integral:
Lo que le sucede a la innovación, llevada al terreno de la gestión racionalista, es que nadie habla de su esencia y de su disciplina, nadie reconoce su existencia. La mayoría sólo habla de sus partes
Pese a lo extenso de su intención, lo cierto es que el libro es de bastante ágil lectura. Supongo que algo tiene que ver el haber podido disfrutar de la copia subrayada y filtrada por los ojos expertos de Carlos Merino. Además está estructurado en tres bloques: introducción, principios y metodología, que desarrolla a lo largo de los capítulos de una forma concisa y yendo «al grano» sin perderse en las historias y anécdotas de muchos libros de management. El autor, aquí, destila la esencia de su experiencia y opinión y evita los chascarrillos. Por otro lado, introduce el formato de «píldoras de innovación», pequeños recuadros que introducen o desarrollan algunos de los conceptos del texto y que son de fácil (re)lectura.
Sobre el porqué y el qué de la innovación
En la primera parte, se enfoca el resto del texto y se discute sobre la necesidad de abordar la innovación desde la perspectiva de una disciplina de management: porqué queda coja la aproximación a la innovación desde sólo sus partes. En este sentido se hace una breve pero ilustrativa revisión de las diferencias entre las disciplina de la innovación como creadora de valor y el enfoque «institucional» de innovación «como aquello que sigue de manera natural a la i+d». Creo que este punto es muy interesante, sobre todo para aquellos que se inician ahora en el entendimiento de la innovación y de la que saben sólo lo que publican los (extintos) periódicos.
Por otro lado, llevada a la empresa, el autor se esfuerza en aclarar cuál debe ser la función, el dominio, del gestor de innovación, o de la innovación en sí misma:
El gestor de la innovación no innova, sino que hace que la innovación suceda. No es el creativo, no es el director de investigación, no es experto en márketing, no es el ingeniero, sino un generalista que es capaz de integrar conocimiento. Su gran habilidad es facilitar relaciones complejas entre distintos profesionales.
Los principios de la innovación
La segunda parte se centra en describir cuáles son los fundamentos y principios de la innovación. Así se explica lo qué es la destrucción creativa, se desarrolla con detalle el dilema del innovador: porqué cambiar lo que funciona y, sobre todo, cómo conseguirlo de manera colaborativa en una organización. Se introduce también aquí el principio de que la organización es un sistema complejo del que ya hemos hablado en alguna ocasión en este blog. Finalmente establece que las tres fases para llevar a cabo la innovación en la organización se basan en la cognición, la creacción y la puesta en acción, tema del que también hemos hablado.
Mucho más interesante, y creo que es el concepto que más me ha gustado del libro, es la introducción del concepto de las rutinas de la organización que se hace a continuación: las rutinas son modelos de comportamiento de una empresa. La mayoría de estos comportamientos se basan en rutinas operacionales, que se basan en la actividad diaria. Sin embargo, hay momentos en que se comprueba que una de estas rutinas ya no sirve y ha de ser sustituida deliberadamente. Entramos en el marco de las rutinas creativas, la base de la innovación.
El autor describe con gran detalle en qué consiste este concepto. Me remito al texto, puesto que estando tan bien explicado en el libro, no merece la pena resumirlo aquí en unas pocas palabras. Aun así si que extraigo un par de ideas, más que nada para futura referencia.
- Si instalamos rutinas creativas en la empresa se crean espacios sociales, prácticos y teóricos, experimentales por naturaleza, donde se producen relaciones complejas entre individuos.Son el acueducto por el que circula el diálogo colectivo que permite la creación de conocimiento, la creación de algo nuevo que rompe una frontera o límite previamente establecido.
- Tres son las rutinas creativas clave: captación de señales, dar significado a las señales, generación de respuestas y acción.
- Las empresas innovadoras establecen rutinas creativas, no procesos de innovación.
La metodología de innovación
La última parte del libro se dedica a explicar en qué consiste la metodología o disciplina propuesta para llevar a cabo la innovación.
El primer concepto que introduce es el de los estados de la innovación. Muy similar al de los horizontes del crecimiento que conocen bien los lectores de este blog: La innovación se manifiesta en la organización en tres formas. En forma de oportunidades (Horizonte 3, el más lejano en el tiempo), en forma de proyectos (Horizonte 2, las actividades en desarrollo) o en forma de acción (Horizonte 1, hoy).
El segundo concepto es el de los dominios de innovación, que constituye el segundo eje sobre el que se construye el marco de actuación. Lo divide en cuatro capas: Estrategia, Equipos, Métricas y Organización, dedicando un capítulo a desarrollar cada una de estas capas y cómo plantear la innovación en cada una de las fases (estados u horizontes).
Es quizá esta la parte del libro que ha quedado un poco más floja, puesto que no hay espacio para desarrollar en profundidad cada una de las capas. Sin embargo es un buen primer paso para centrar el «corpus» de la metodología. Personalmente, no me gusta el marco estratégico propuesto, prefiero el del mapa de la innovación con el que trabajo y que algún día iré desgranando aquí. El capítulo de gestión de equipos es sólo introductorio, pero muy necesario, porque debe ser atacado expresamente (por otro lado, la materia cuenta con abundante bibliografía). El área de métricas está muy ligado al estratégico y si merece la pena el capítulo de organización, donde se vuelve a incidir en organizaciones abiertas y como sistema complejo, conceptos que el lector de este blog sabe que me gustan especialmente.
En resumen
Un libro muy interesante para quienes quieran introducirse en el mundo de la innovación y que a mi me ha ayudado a estructurar dos conceptos muy necesarios a la hora de hablar de innovación:
- Innovación no es lo mismo que, ni es consecuencia de, I+D
- Las rutinas creativas es una forma muy buena de bajar la innovación al día a día de la empresa.
Para innovar, debemos construir desde presupuestos diferentes a la economía de los recursos y la ingeniería de producción basada en las leyes de la escasez, y quizás debemos inspirarnos en la biología, en las ciencias de la vida y en los sistemas complejos
Y tu, ¿qué opinas?.
Hola Santiago, la disciplina de hacer que las personas trabajen de nuevas formas se llama Change Management y es bastante reconocida aunque en realidad poco aplicada.