Te voy a dar 6 claves estratégicas que considero que son críticas en este momento ya que considero que ahora que, según dicen, la crisis está terminando, como profesional que eres de la estrategia, desarrollo corporativo o dirección general, seguramente estés ya enfrascado en el desarrollo de tu próximo plan estratégico.
Así que te doy tres claves de la estrategia tradicional que seguramente debas tener en cuenta en el ejercicio. Pero es que, además, te doy tres claves nuevas que emergen del largo ciclo de crisis y de cambio estructural que estamos viviendo y que, quizá por primera vez, tienes que considerar.
Tres claves de la estrategia tradicional que tienes que considerar
Si repasas con algo de frecuencia los libros de texto de estrategia, seguro que encontrarás algún capítulo dedicado a la elaboración de una nueva estrategia post-crisis. Y en ese capítulo seguramente se hable de tres claves estratégicas a considerar: la simplicidad operativa, la gestión del crecimiento y el nuevo foco en el cliente.
- Simplicidad Operativa: Esta crisis nos ha llegado tras un entorno de más o menos quince años de crecimiento. Y a nuestro modelo operativo le ha pasado lo que a la mayoría de nuestros lozanos cuerpos: que hemos ido ganando grasa con la edad. Con la crisis nos hemos tenido que someter a intensivas curas de adelgazamiento cuando no liposucciones o reducciones de estómago. Pero es evidente que como parte de nuestro nuevo desarrollo estratégico tenemos que dotarnos de nuevos hábitos. Nuevas formas de operar orientadas a una mayor simplicidad: menos estructuras, procesos más simples, mecanismos de decisión menos complejos, empresas más livianas, menos costes fijos, etc. No abundo más en ello porque estoy convencido que has dedicado la mayor parte de tu tiempo en los últimos años a este esfuerzo.
- Modelo de crecimiento: La segunda estrategia a desarrollar es la definición de un nuevo modelo de crecimiento o, lo que es lo mismo, ir al gimnasio para fortalecer nuestros músculos ahora que nos hemos quedado delgados. Como desarrollo estratégico estaremos buscando nuevas o más eficientes formas de crecer. Muchas empresas están explotando sólo el modelo de internacionalización y de expansión geográfica, pero en nuestro planteamiento debemos trabajar opciones de M&A que nos den acceso a nuevas tecnologías o mercados (quizá quede por ahí algún despojo corporativo que podamos comprar a buen precio), una mejor eficacia de nuestro crecimiento en cuota de mercado (donde tiene que ver mucho nuestra capacidad de ejecución alineada del proceso comercial y de marketing) y por supuesto la innovación en nuevos productos y servicios. Se trata, por tanto de elegir y perfeccionar nuestra capacidad de ejecución en los tres cilindros de crecimiento.
- El papel del cliente: Finalmente, en el nuevo plan estratégico debemos darle un nuevo enfoque y un papel más relevante al cliente. Y es que en este tiempo las fuerzas del mercado se han realineado y ahora el cliente cuenta con más peso en la toma de decisiones, con más poder de mercado simplemente porque tiene más opciones de compra porque ahora es más fácil crear productos y servicios en cualquier lugar. Pero es que, además, el cliente se ha entrenado para ejercer este poder de mercado. Si ha vivido en la escasez de recursos en todo este tiempo, se habrá entrenado para buscar mejor, exigir más por menos y cambiar más alegremente en búsqueda de un mejor servicio. El reto estratégico es volver a ver al cliente como lo veríamos si fuéramos una startup: la razón y el fin último de todas las cosas que hacemos. Por tanto, ¿qué tienes que cambiar en tu proceso operativo para enfocar más en el cliente, involucrarle en la toma de decisiones y hacerle más partícipe de la operación de tu negocio?.
Tres nuevas claves estratégicas que emergen del nuevo entorno
Por si los tres puntos anteriores no fueran suficiente complicados de poner en marcha, creo que es muy importante que consideres tres claves adicionales de desarrollo estratégico que no venían en los libros de texto del s.XX con los que aprendimos en los MBA, pero que se desarrollan con fuerza en este nuevo siglo. En mi humilde opinión, la agilidad operativa, las organizaciones abiertas y la innovación disruptiva son las tres claves que marcarán una estrategia ganadora de una estándar.
- Agilidad operativa: Si algo nos está dejando claro el s. XXI, es que nos encontramos en un nuevo entorno estructural donde cada vez nos sirven menos los paradigmas y modelos estratégicos que desarrollamos en el s. XX. En concreto, el carácter sistémico del mercado le confiere un alto grado de impredecibilidad y acorta sustancialmente los tiempos de estabilidad. Ante esta situación, debemos reaccionar dotando a nuestra organización de capacidad de respuesta. Y el cambio es muy significativo porque nuestro diseño operativo está pensado para la estabilidad. Nuestra misión estratégica es preguntarnos cómo podemos dotar a la organización, sus procesos y su estructura, de una mayor agilidad en la operación. Desde la identificación de nuevas tendencias hasta la puesta en práctica de cambios sustanciales en poco espacio de tiempo pasando por la toma de decisiones, la dotación de recursos y presupuestos, los procesos de compra y aprovisionamiento, el diseño y cumplimiento de planes o los sistemas de compensación y evaluación del desempeño.
- Organización abierta: Por otro lado, del ejercicio de reducción de recursos que acometimos con la crisis y nuestra reestructuración, surgen algunas bondades, como el no disponer de todos los recursos necesarios para hacer cosas. Lo cual nos obliga a buscarlos en otros sitios. De la escasez nace el ingenio, dicen. Pero es que, además, el alto grado de interconexión del mercado y la simplicidad para acceder a los recursos y conocimiento ajenos a la organización nos proporciona una buena oportunidad para salir de nuestro entorno ensimismado. Una organización no es más que un conjunto de personas, y ahora estas personas tienen más capacidades de interrelación que antes. El nuevo reto estratégico que debemos plantearnos es cómo dotar a nuestra organización de capacidades para hacerla más abierta en su interacción con clientes, proveedores, competidores o el mercado y sobre todo, cómo podemos aprovechar toda esa oportunidad en nuestra forma de operar: detección de oportunidades, toma de decisiones, capacidad de ejecución, reparto de la explotación.
- Innovación disruptiva: Finalmente, si el nuevo entorno es un entorno impredecible, lo más predecible es que algo disruptivo puede pasar. Y nuestra misión estratégica es prepararnos para esa eventualidad. Lo difícil, claro, es prepararse para algo que es impredecible. Por tanto no se trata de definir cuál es el escenario disruptivo más probable que se puede dar. Esa lógica no funciona ante la disrupción. Nuestra aproximación estratégica debe ser la creación de opciones disruptivas plausibles. Pequeñas semillas de disrupción que tengan alguna opción de producirse y desarrollarse. Y, a mi modo de ver, el punto crítico de éxito a largo plazo.
Como ves, seis claves complicadas a considerar. Cada una de ellas daría para un ejercicio de varios años en su implantación, pero estarás conmigo en que el verdadero error sería no tenerlas en cuenta siquiera en estos momentos, ¿no?.
Y tú, ¿qué opinas?.
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